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joyareal

Poesía Mía

ROMANCE INTERNÉTICO

Todo pareció real,
aunque fue gran fantasía
la historia de aquel amor,
lleno de melancolía.

Él se llamaba Roberto;
En Cartagena vivía
cuando por primera vez
conoció a la bella chica.

Raro su primer encuentro
por internéticas vías,
en un mundo de palabras
de extensión sútil y fina.

Como eran los dos poetas
y de tan bonita vida,
el destino los unió
en un chat de poesía.

Ella se le presentó;
a él le pareció tan linda,
pero no dijo su nombre
tampoco que era argentina.

Así empezó su amistad
con milagrosa alegría
y aunque, sí, los separó
la imponente lejanía.

Poco a poco él aprendió
que ella se llamaba Mía
y por la red misteriosa
unos e-mails le extendía.

Los poemas y secretos
que ellos bien se compartían
convirtió gran amistad
en inesperada dicha.

Ay,tan fuerte fue su amor,
una reunión querían.
Y después de siete meses,
ocurrió esta maravilla.

Pero desgraciadamente,
y aunque también lo querían,
pues, ellos tan tristemente
vieron que no se atraían.

La moraleja del cuento
y en cuanto a la poesía:

Los poetas que la escriben
con mucha pompa y rima,
no ven realidad;
prefieren la fantasía.

SI SUPIERAS TÚ

Si supieras como te amo
con el sol de la mañana,
en la espesa oscuridad
o en una noche estrellada.

Si supieras como añoro
este verano que agrada
con el calor de tus ojos
que suavemente me baña.

Si supieras los momentos
en que espero tu mirada
para hacerme sentir dulce,
y tan tiernamente amada.

Si supieras el camino
de una mentira pasada
donde pasión nunca hubo
aunque a gritos la llamara.

Si supieras donde llego
con las caricias del alba,
ese toque luminoso;
son tus manos en mi cara.

Si supieras como te oigo
con anhelos y nostalgia,
te tengo aquí tan cercano
con el don de tu palabra.

Me ciegas con poesía,
más allá de la distancia;
me cubres con tiernos besos,
los versos de tu llegada.

Si supieras que me das
mil deseos y esperanza,
de derribar la frontera
que en realidad nos separa.

Sé que los sueños me llevan
a la nueva madrugada.....
Porque con flores y luz
lo nuestro, sí, me acompaña.